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miércoles, 29 de octubre de 2008

La selección natural explicada a un médico residente



 
 

Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:

 
 

vía biologia « WordPress.com Tag Feed de pacotraver el 29/10/08

Aun siendo la única teoría biológica científica y empíricamente comprobada, la teoría de la evolución formulada por Darwin y la selección natural como paradigma explicativo y predictivo de la supervivencia de los individuos más fuertes o adaptados sigue siendo contestada y criticada por biólogos, políticos y humanistas. Las razones de esta critica son a mi juicio desentendidos profundos sobre la naturaleza de las leyes de gobiernan la teoría evolutiva cuando no los temores religiosos o políticos que pueden extraerse de sus leyes universales.

Lo cierto es que la teoría de la evolución es una teoría incompleta que aun no hemos sido capaces de dilucidar del todo, sobre todo en lo que respecta al papel del azar y de la determinación. En este post me propongo examinar y explicar qué es la teoría evolutiva a la luz de los conocimientos actuales y para qué puede servirnos a los psiquiatras actuales y médicos en general.

¿QUÉ ES LA EVOLUCIÓN?

La teoría de la evolución debe considerarse como un constructo explicativo y no como una supraconsciencia individual, algo a lo que estamos muy habituados los humanos que como es natural no podemos prescindir de nuestro pensamiento abstracto y simbólico a la hora de representarnos mentalmente el mundo. La evolución es sinónimo del cambio, es por tanto una teoría que explica cómo y en qué condiciones se ha producido (o se producirán) esos cambios que afectan tanto a las especies conocidas como a la formación de nuevas especies y las razones por las que casi el 99% de las especies se han extinguido. También explora los caminos o ramificaciones por las que discurre ese cambio: un cambio que no puede operar hacia atrás y que está obligado a seguir la flecha del tiempo.

Por ejemplo, es imposible que el hombre evolucione en el futuro hacia una forma de gusano o que un gusano se transforme en homínido. La razón por la que la primera propuesta es imposible es porque la evolución no puede desdeñar los diseños anteriores, por lo que cualquier cambio en un vertebrado no puede transformarle en un invertebrado, del mismo modo, ningún mamífero puede desechar su cerebro límbico y transformarse en un reptil. La razón por la que un gusano no puede convertirse en un humano es porque hacen falta muchos pasos en dirección cada vez más compleja para poder llegar a este punto y la evolución ya recorrió –de milagro- este camino, desde el punto de vista de las probabilidades es casi imposible que la vuelva a recorrer en la manera en que la recorrió la primera vez. y podemos estar casi seguros de esto: sólo ha habido una evolución en el cosmos a partir de esta improbabilidad.

Y fue un milagro porque la evolución y por supuesto el cambio se produjo en distintas condiciones ambientales desde los nematodos hasta nuestros días. Es del todo improbable que esas condiciones ambientales vuelvan a repetirse del modo y secuencia en que tuvieron lugar desde el Cámbrico hasta hoy.

La selección natural es el mecanismo fundamental, aunque no el único, que hace posible ese cambio, se trata de la selección del más fuerte, del más adaptado: la evolución penaliza a los individuos débiles o mal adaptados en beneficio de los más fuertes o adaptados y lo hace mediante un poderoso instrumento que es la reproducción sexual.

No quiere decir que la evolución no presione también en el mismo sentido a los organismos con reproducción asexual, pero lo hace de otra manera, en tanto que en estos su enorme número hace de contrapeso a las dificultades de la adaptación. Las bacterias que se reproducen asexualmente están igual de bien adaptadas a su medio ambiente como los vertebrados, pero es seguro que mueren más bacterias en una generación que ñues u osos. La razón es que los individuos supervivientes siempre son minoría con respecto a los individuos nacidos, y en algunas especies es necesario una sobreabundancia de individuos para neutralizar los efectos de la recombinación que sólo tiene lugar en la reproducción sexual.

Si la reproducción sexual ha tenido tanto éxito en la mayoría de las especies es porque asegura una enorme variabilidad al recombinar el patrimonio genético del padre y el de la madre en un nuevo ser que no será una replica de sus progenitores sino una nueva potencialidad. Las bacterias que se reproducen por mitosis, es decir por duplicación tienen el handicap de que disponen de una menor variedad genética que compensan con una sobrepoblación: es esta sobrepoblación, más que la variedad la que asegura sus posibilidades de cambio y de adaptación.

Adaptación significa plasticidad, es decir la posibilidad de sobrevivir en un determinado ambiente y no en otro, concretamente a las condiciones locales en que se desarrolla, crece y se multiplica una especie cualquiera. Dado que el ambiente cambia continuamente, no sabemos exactamente qué papel desempeñan en la actualidad las antiguas adaptaciones, lo que sabemos es que estas adaptaciones ancestrales forman parte del patrimonio común. A estas adaptaciones que ya no tienen interés en las condiciones actuales se las conoce con el nombre de genoma lags, algo así como condiciones genéticas durmientes o potencialidades para un nuevo cambio ambiental. Más tarde veremos que estos genoma lags pueden representar síntomas psiquiátricos concretos en el sujeto individual.

La eschericia coli es una bacteria -este especimen peludo de arriba- que se reproduce a una velocidad enorme en un medio o cultivo adecuado, pero esta reproducción tan rápida puede verse afectada si el cultivo carece de histidina (un aminoácido) o si lo regamos con una solución de estreptomicina. En presencia de la estreptomicina prácticamente todas las bacterias morirán, pero los 20 o 30 ejemplares que queden vivas a su vez se reproducirán rápidamente transmitiendo a su descendencia la resistencia a la estreptomicina. Al cabo de un cierto tiempo toda la colonia será portadora del gen de resistencia a la estreptomicina que se ha visto así premiado por la selección natural. ¿Qué sucederá cuando el cultivo ya no contenga estreptomicina? No lo sabemos, pero intuimos que ese gen quedará guardado como una potencialidad en las escherichias, como un genoma lag y dejará de ser premiado por la selección natural después de unas cuantas generaciones en el momento en que las condiciones del entorno ambiental del cultivo cambien. Como puede verse en este ejemplo la selección natural se limita a privilegiar a unos genes en detrimento de otros, pero no prejuzga nunca en ningún caso hacia donde se dirigirá, por otra parte estoy poniendo un ejemplo de modificación ambiental artificial, inducida por el hombre. Es muy poco probable que las escherichias desarrollen esa mutación génica – la resistencia a la estreptomicina- sin contacto alguno con el antibiótico, es decir por azar. La mutación es una estrategia aleatoria que juega en contra de la selección natural cuando se produce de forma espontánea: su función sigue siendo la misma, asegurar la variabilidad genética, sin embargo es muy poco frecuente en la naturaleza, ¿la razón? Es que es muy peligrosa para el organismo que la contiene, casi siempre letal, algunos canceres humanos por ejemplo son ejemplos de mutaciones individuales, a cambio estas mutaciones puntuales no se transmiten al linaje de quien las sufre, sólo se transmiten las mutaciones que afectan a las células sexuales.

Del ejemplo anterior se deduce también que en cierto modo la selección natural es un proceso determinístico y que en si mismo contiene una tautología: las bacterias que se adaptan son en realidad las que no han perecido, lo que la hace impredecible, no sabemos qué bacterias se adaptarán y cuales perecerán y por supuesto tampoco podemos afirmar que adaptarse a la estreptomicina sea lo mejor para su especie: una especie que se debate más concretamente en adaptarse de forma natural a los ambientes pobres en histidina. Es la razón que permite explicar por qué la selección natural en realidad opera contra el azar, o mejor dicho premia a las bacterias que no murieron en el baño de estreptomicina haciendo que determinados sucesos considerados poco probables – que las supervivientes desarrollen tolerancia a la estreptomicina o a la escasez de histidina- se den juntos en una determinada población.

La selección natural es un proceso ciego, carente de intencionalidad, inconsciente, en el sentido de que no puede proceder de ninguna conciencia supraindividual, pero es un proceso creativo y no es completamente azaroso, en realidad es un proceso estocástico que contiene elementos determinados, la selección natural y elementos de azar, como la deriva genética, la recombinación y las mutaciones.

El papel que se le reserva al azar es concretamente en la recombinación o el "barajado" genético que llevan a cabo en la meiosis, las células germinales y después en la formación del zigoto, de nuevo la recombinación, el azar, vuelve a tener un cierto papel. Después de esto la filogenésis toma el mando de la situación e inexorablemente un embrión de gallina desarrollará alas y un embrión de pescado desarrollará escamas. Dicho de otra manera: obligatoriamente la evolución operará en ese sentido, tanto estructural como funcionalmente en la construcción del embrión, para lo que recorrerá toda la filogénesis. Por eso sabemos que los peces y los humanos tenemos algo en común, durante nuestra época fetal desarrollamos branquias que luego quedan atrofiadas y se convierten en pulmones, pero la evolución sigue hacia delante, el hombre-pez sería incompatible con la vida, otra vez: la evolución no puede operar hacia atrás.

También obligatoriamente las escherichias del ejemplo anterior morirán, solo las más adaptadas, aquellas que contengan el gen de resistencia a la estreptomicina sobrevivirán a un ambiente con este antibiotico y podrán legar a su descendencia el gen que obligatoriamente estará presente en casi todos los individuos.

Si entendemos que la evolución es la Carta Magna, la Constitución o ley de leyes de la vida, la selección natural es su ley fundamental, pero no la única y por supuesto es en cierto modo impredecible, lo que la hace sospechosa de una tautología científica, en tanto que podríamos considerar a la selección como "aquella cualidad adaptada que es más frecuente porque es más adaptada". Lo que no nos dice nada de en qué consiste la adaptación y sobre todo nos plantea enormes interrogantes a los médicos. Una de estas preguntas sería ¿Y entonces por qué existen las enfermedades?

¿POR QUÉ ENFERMAMOS?

Esta pregunta es desde luego demasiado genérica y voy a ceñirme a aquellas enfermedades que están determinadas genéticamente y que son una minoría si las comparamos con las enfermedades que están condicionadas ambientalmente. Con todo, es cierto que existe un enorme grupo de enfermedades que están determinadas genéticamente y me estoy refiriendo concretamente a aquellas que se encuentran en el código genético del individuo, es decir a aquellas que ha heredado de sus progenitores casi de un forma inexorable y que a su vez trasmitirá siguiendo las leyes mendelianas u otras más complejas. No me referiré pues a aquellas otras enfermedades adquiridas a través de mutaciones o daños en el ADN adquiridas en vida del individuo, sino a las enfermedades claramente heredables.

Enseguida veremos como estas razones más que poner contra las cuerdas a la selección natural la fortalecen, pero antes tenemos que entender algunos conceptos acerca de la diversidad y acerca de las copias de los genes. Algo inevitable cuando la reproducción se realiza mediante técnicas sexuales.

Los individuos tienen una cantidad determinada de genes y los tienen a pares, una copia procede del padre y la otra de la madre, si estas copias son iguales (AA o aa) decimos que este individuo es homozigótico para este rasgo. Si las copias que posee son distintas (Aa) diremos que es heterozigótico para este mismo rasgo. Cada individuo posee una determinada cantidad de genes heterozigóticos y homozigóticos, pero la cantidad de genes heterozigóticos que posee es un medida de la diversidad biológica de esa misma especie. La selección natural favorece la diversidad y por tanto los individuos heterozigóticos tienen premio evolutivo, porque en sus genes hay copias distintas y diversas con una enorme potencialidad de cambio. Pero esto no significa que los individuos heterozigóticos vayan a tener descendientes sanos y fuertes por una razón.

Supongamos la enfermedad de Huntington, una enfermedad autosómica dominante que se transmite al 50%. Significa que si A es el gen sano y a el gen enfermo (el que transmite la enfermedad), los individuos aa serán enfermos y morirán, pero los heterozigóticos Aa transmitirán la enfermedad con la misma probabilidad que los enfermos (si llegan a reproducirse). Solo en este caso los AA tendrán una línea germinal sana. Significa que en algunos casos son precisamente los individuos heterozigóticos los que trasmiten una enfermedad aunque ellos no la lleguen a padecer, el impacto de este linaje se minimizará con la diversidad genética, pero el linaje del Huntington estará – aunque minimizado- presente y latente en esta línea germinal.

La cosa se complica cuando determinadas enfermedades son en realidad antídotos para otras, por ejemplo la anemia falciforme, una forma de anemia muy frecuente en Africa oriental y que ocasiona un descalabro en la producción de hemoglobina y que se transmite de la misma forma que la anterior, pero hace al individuo portador resistente al paludismo. En este caso los individuos homozigóticos mueren antes de llegar a la edad fértil pero los heterozigóticos tienen una doble ganancia: no padecen la anemia falciforme y además son resistentes al paludismo. ¿Resultado? Sus condiciones adaptativas hacen que su linaje germinal se propague a través de las generaciones y por tanto haya muchos enfermos de anemia falciforme que mueren en la adolescencia.

En este caso podemos observar como un gen puede resultar letal para una línea de descendientes pero protector para otra, siempre y cuando entendamos que adaptativo en este caso es vivir en un entorno donde el paludismo es endémico y sus formas mortales frecuentes. Este es un tema muy interesante cuando se producen debates sobre eugenesia: porque hay que pensar que aunque un gen genere una enfermedad puede resultar protector para otra o puede estar representando una ventaja para la especie tomada en su conjunto, en este sentido se ha señalado que la enfermedad maniaco-depresiva podría tener alguna relación con el talento creador y a la diabetes como protección frente a las hambrunas. Como es lógico estas ventajas sólo serían observables en el linaje de los heterozigóticos, es decir en aquellos que no padecerían la enfermedad, pero contuvieran el gen concreto.

Con todo no hay que dejar de mencionar que la selección natural, aunque no pueda por si misma prevenir o eliminar todas las enfermedades o aberraciones genéticas, elimina a la mayor parte de ellas y lo hace "in utero". Hoy sabemos que los abortos antes de la cuarta semana de gestación son muy frecuentes y que pasan inadvertidos incluso para la madre gestante, casi un tercio de los embriones fecundados mueren antes de la 12 semana según Nesse. El aborto espontáneo es la forma en que la selección natural opera sobre condiciones genéticas extremas o incompatibles con la vida, también lo hace disminuyendo la fertilidad de los individuos y por último mediante la mortalidad selectiva, antes de la pubertad.

El caso de la esquizofrenia supone un elemento mayor de complejidad porque su forma de transmisión no se debe a un solo gen, sino a varios (herencia poligénica) que es la forma en que la mayor parte de las enfermedades se heredan. Sin embargo la paradoja sigue siendo la misma y ha sido señalada una y otra vez por distintos autores. Sucede que los esquizofrénicos se reproducen menos que la población general y sin embargo la frecuencia de esquizofrenia se mantiene a lo largo del tiempo y de las diversas culturas en torno al 1/1000 habitantes, las explicaciones para esta paradoja pueden ser algunas de las siguientes:

· Son los hermanos de los esquizofrénicos (heterozigóticos) los que la trasmiten.

· A pesar de que no se haya encontrado aun ninguna ventaja en esta enfermedad, ni para los que la padecen, ni para los que la trasmiten es posible especular que en algún tiempo o condición haya supuesto una ventaja que hoy se ha perdido definitivamente pasando a ser un genoma lag. Para explicar este fenómeno se ha propuesto al carisma espiritual y la retirada social como endofenotipos de todo el espectro esquizoide.

· La herencia poligénica no excluye la participación de ADN externo procedente de algún virus que adheriría su ADN de forma recombinante a un feto en gestación. Esta recombinación al no pasar a las líneas germinales no se transmitiría genéticamente, a pesar de que algunos genes estarían implicados y representarían una condición inicial. Es la hipótesis viral de Crow.

· No tenemos ninguna prueba de que la esquizofrenia haya existido siempre, según Hare solo tenemos noticias de esta enfermedad a partir de 1800, si resultara que la esquizofrenia fuera una enfermedad ambiental causada por los cambios desde entornos agrícolas a ambientes industriales y urbanos, el tiempo transcurrido es todavía demasiado poco para que los efectos de la selección natural puedan notarse. Esta hipótesis predice que la esquizofrenia se extinguirá del mapa clínico en el futuro.

Resumiendo lo anteriormente dicho; la selección natural es un mecanismo protector poderosísimo y eficaz para eliminar fetos y configuraciones extremas incompatibles con la vida, lo que hace espontáneamente a través del aborto y la disminución de fertilidad, aunque a veces es incapaz de prever la enorme cantidad de inversión que la madre (y el padre) realizan con su progenie que de alguna manera se encuentra sentenciada a no pasar la pubertad, es entonces cuando la medicina actúa y corrige lo que la selección natural dejó sin hacer pero en el sentido de curar si podemos a los pacientes que padecen terribles enfermedades.

LA SELECCIÓN SEXUAL

Con todo es verdad que la selección natural no es la única ley que ejerce su influencia en el parlamento de la vida, existen otras fuerzas poderosas, voy a referirme ahora al partido de la oposición: la selección sexual.

Cada especie tiene su hábitat, su nicho ecológico, sus depredadores y su entorno local al que se ha adaptado a lo largo de la evolución, casi siempre bajo el dominio de la selección natural, pero algunas especies han diversificado estas estrategias ampliando así su grado de voluntariedad o de albedrío en este juego de la recombinación de gametos.

De modo que no siempre gana el más fuerte, sino a veces el más hábil, el más cariñoso, el más divertido, el más trabajador o el mejor padre. Y no me estoy refiriendo solo a nuestra especie sino que estoy hablando de una estrategia muy diversificada en distintas especies, sobre todo de vertebrados, pero no siempre de mamíferos, los pájaros, las aves son los mejores representantes de este tipo de estrategias donde la hembra "escogerá" al macho que más la complazca y solo accederá a unirse a él después de comprobar determinadas habilidades como construir un buen nido o una buena madriguera.

Todo parece indicar que existen dos clases distintas de especies, aquellas donde elige la hembra y aquellas donde el macho adquiere su derecho a reproducirse a partir de su agresividad o su capacidad de intimidar a los merodeadores. Se pueden distinguir porque en las primeras los adornos, las plumas y las conductas demostrativas las hacen los machos, mientras que en las segundas, donde eligen los machos, se sigue la ley del más fuerte y solo con demostraciones de poderío, agresividad o intimidación el macho dominante alcanzará a reproducirse. Cada especie se ha mostrado sensible a una clase de estrategia, así entre los elefantes solo se reproduce el más fuerte, quedando casi todos los demás inéditos, pero entre los chimpancés que son muy promiscuos casi todos los machos lo hacen aun sin ser especialmente dominantes, el gorila representa el caso contrario y se provee de un buen harén. Unas especies son gregarias (viven en grupos) y otras son solitarias, unas son monógamas y establecen parejas de por vida y otras son promiscuas, pero lo que es cierto es que la selección sexual, es decir la percepción de atractivo casi siempre por parte de las hembras de esa especie introduce un sesgo estadístico en la conocida selección del más fuerte, lo que nos lleva a preguntarnos ¿qué es lo que pretende un individuo eligiendo a su pareja, qué gana o pierde en términos evolutivos?

Ya he dicho antes que la selección penaliza la repetición de lo mismo y gratifica la diversidad y que la diversidad era la cantidad de genes heterozigóticos presentes en un individuo. La mejor manera de poseer muchas parejas de genes hetrozigóticos es que haya muchos genes donde elegir, cuantas más cartas haya en la baraja de elecciones más posibilidades de emparejamiento genético, más recombinación y por tanto más diversidad. Para que nos hagamos una idea los vertebrados tenemos una diversidad de un 7-8%, lo que es una clara desventaja en relación con los insectos que poseen una diversidad media en torno al 15% (Ayala, 1994). Significa que desde el punto de vista genético, el potencial de cambio en los insectos es abrumador si lo comparamos con el hombre, la misma distancia que si comparamos a los hongos o con las bacterias (reproducción asexual). Por eso quizá los insectos son tan resistentes a los plaguicidas que los hombres inventamos para combatirlos y los hongos aprovechan nuestros tratamientos antibióticos para colonizar los ecosistemas que abandonan las bacterias muertas.

En términos evolutivos significa que nuestra capacidad de diversidad no está ni a medio camino de lo que sería de desear (y me refiero a todos los vertebrados) que de alguna manera se encuentra aislados por barreras geográficas, climáticas o de organización social entre clanes. Todo parece indicar que entre las especies migratorias donde es posible cambiar de parejas frecuentemente existe más diversidad que en aquellas que se encuentran fuertemente jerarquizadas, viven en manadas o donde sólo se reproducen los más fuertes.

El sesgo que introduce la selección sexual es precisamente la diversificación de conductas en el fenotipo a partir de polimorfismos genéticos.

¿QUÉ SON LOS POLIMORFISMOS?

Los genes representan la mínima cantidad de materia que contiene información, una información que se encuentra plegada, como la planta en la semilla o la imagen en el holograma, allí no puede verse pero en el gen existe esa información y no otra. Pero los genes no están solos sino que muchas veces operan en paralelo, con la ayuda de otros genes que les son complementarios para su tarea de sintetizar proteínas, así algunos genes no sintetizan directamente proteína alguna sino que informan de cuando se deberá sintetizar la proteína quizá a través de un gen ayudante, un modulador.

Y más: a partir de un mismo gen puede suceder un fenotipo distinto, a partir de modificaciones en la expresión de ese mismo gen. Se dice que un genotipo puede dar lugar a distintos fenotipos y que un mismo fenotipo puede remitir a genotipos diferentes, lo que es una manera de admitir que la evolución ha dejado un enorme margen de maniobra a la hora de dejar expresar a sus genes con libertad democrática en ese parlamento que llamamos vida. Por decirlo en términos políticos les ha dado libertad de voto. Y si lo ha hecho es porque las condiciones cambian, por lo que crear organismo perfectos, sin plasticidad alguna, acabados, demostraría su ineficacia, ser una mala estrategia para la selección natural, a poco que cambien las circunstancias. Tenemos que acordarnos ahora de los dinosaurios, demasiado grandes y negligentes madres para adaptarse a una época de hambrunas, sea cual fuera la causa de su extinción como clase, lo que es seguro es que se extinguieron después de una catástrofe que afecto a sus recursos alimentarios. Sin embargo no afectó a los pequeños mamíferos (roedores) de los que descendemos. La razón: eran más plásticos, estaban a medio hacer, como nosotros.

Por poner un ejemplo de polimorfismos conocido me referiré al gen DRD4 que regula el receptor de la dopamina. La Drosophila melanogaster (mosca de la fruta) tiene dos polimorfismo para este gen que regula la conducta de búsqueda: o está en on (activado) o está en off (desactivado). Si está en on la mosca saldrá de su entorno en busca de alimento, si está en off la mosca se quedará en casa a causa de un exceso de alimentos. En el ser humano existen 11 polimorfismos conocidos en la expresión de este gen que genera otros tantos tipos distintos de receptores para la dopamina: en términos conductuales significa que los humanos disponemos de una paleta comportamental más ancha que la de Drosophila, podemos salir a buscar alimento y quedarnos en casa, pero también podemos planear estrategias a medio camino, salir en busca de otros estimulos o quedarnos a ver el futbol mientras llamamos a la pizzeria.

Estos polimorfismos han sido utilizados para medir la cantidad de búsqueda de novedad (BN) presente en una estructura de personalidad cualquiera y que pueden ir desde el consumo de drogas, los deportes de riesgo (en personas con altos puntajes en BN) hasta el sedentarismo más común de aquellas personas que buscan la seguridad de su hogar constantemente o rechazan los riesgos (bajos puntajes en BN).

Los polimorfismo genéticos pues son otra forma de asegurar la variedad a partir de la herencia de varios genes que actuando en común construyen nuevas formas de receptor y por tanto "inventan" nuevas conductas. Si excluimos de ellas a las extremas (los buscadores de riesgos o los haraganes extremos) que suelen morir precozmente, la variedad de esta paleta demuestra que todas las estrategias son útiles para interactuar en una sociedad compleja unos individuos con otros, dado que cada una de ellas encuentra en una sociedad humana un nicho de actividad socialmente útil

La razón de que existan polimorfismos no reside en la selección natural sino en la incompletud de la constitución democrática que hemos llamado evolución. Se trata como decía antes de dejar que la evolución se complete en coherencia con el medio ambiente, una idea muy brillante si tenemos en cuenta que el medio en el que se desarrolla la vida de los Sapiens ha cambiado más en un siglo que toda la Tierra en los últimos 30000 años .

¿QUÉ PERMITE Y QUÉ NO PERMITE PREDECIR LA TEORIA DE LA EVOLUCIÓN?

La teoria de la evolución está bien contrastada, con pruebas científicas definitivas acerca de su veracidad, está establecido que:

1.- Las especies parecidas tienen rasgos comunes entre si, por ejemplo el citocromo C del hombre es idéntico al citocromo C del chimpancé y solo difiere en un aminoácido de la secuencia del citocromo C del macacus rhesus (Ayala 1994). Más que descendiente del mono el hombre actual y el chimpancé tuvieron un antecesor común ya extinguido. Las pruebas proceden no sólo de la biología molecular sino de la anatomia comparada y de la paleontología

2.- El material genético de todas las formas de vida es el mismo, el gen que regula el la síntesis del receptor de dopamina en Drosophila es el mismo gen que la regula en el hombre. La diferencia reside en la cantidad de genes y sobre todo en su disposición en la espiral de ADN. Otra diferencia notable es la cantidad de polimorfismos que se traducen en estrategias más complejas y sofisticadas en el fenotipo concreto.

3.- La arborificación o diversidad de las especies (especiación) tienen como objetivo diversificar las oportunidades de la vida, podemos afirmar que estamos en el mundo "para que haya una mayor diversidad". Las especies no pueden desdeñar los antiguos diseños de sus antecesores, sólo pueden mejorarlos: la evolución no puede operar hacia atrás. En este sentido es posible afirmar que la evolución no fió toda su inversión con una sola especie sino que – como el buen jugador de bolsa- repartió su capital en múltiples formas de vida, concretamente en dos grandes reinos, uno vegetal, donde premió el crecimiento y otro animal donde seleccionó la movilidad.

4.- Nada nos permite pensar que la evolución se haya detenido, probablemente ya están surgiendo especies nuevas (y probablemente aun desconocemos alguna). La teoría evolutiva permite establecer cómo se forma una especie nueva, pero no nos permite establecer qué especies se extinguirán porque en parte dependerá de las modificaciones que sufra el medio ambiente.

La teoría evolutiva sin embargo no nos permite predecir:

1.- Si existe o no una voluntad superior, un arquitecto que gobierna las leyes de la misma. La teoría evolutiva no permite establecer como surgió la vida, sino sólo cómo derivó hacia las especies que hoy conocemos, qué leyes utilizó para este largo viaje y qué excepciones dejó sin cumplir. En mi opinión aunque la idea de Dios es una hipótesis redundante en este marco de conocimientos existe un resquicio por el que no podemos navegar sin incertidumbre. Hoy, aun algunos católicos se oponen a la teoría evolutiva, en mi opinión por falta de comprensión de los mecanismos de la misma. El propio Teilhard le Chardin propuso que la evolución era un plan divino y que su finalidad (su punto omega) era la fusión con el Todo, es decir con la divinidad. La Iglesia católica en el Concilio Vaticano II admitió las leyes de la evolución en su doctrina pero aun restan, al parecer, disidentes.

2.- La teoría evolutiva, incluso los últimos desarrollos neodarwinistas que son los más radicales no legitiman de ninguna manera la dominación del hombre por el hombre. Esta clase de dominación no se debe a que la evolución haya premiado a los más fuertes en detrimento de los más débiles. Los empresarios o los ricos no están mejor adaptados que los pobres o los parias, es la estructura social, un invento del hombre la que propicia este tipo de desigualdades, la condición humana es una mezcla de actitudes sublimes y otras detestables moralmente, pero la evolución solo se encargó de diseminar múltiples estrategias, sin premiar o legitimar a ninguna.

Es el hombre junto a sus instituciones las que deben dar cuenta de los viejos ideales de igualdad y fraternidad. La evolución moral y ética del hombre es indivisible de su evolución biológica, e irá modificándose probablemente a una menor velocidad que los desarrollos tecnológicos y científicos. Nuestros modos de vida evolucionarán más rápidamente que nuestra condición biológica y por tanto nuestra evolución ética será lenta, lo que dará lugar a nuevos dilemas y nuevos malestares y sufrimientos mentales, pero esto nada tiene que ver con la evolución que opera en tiempo cósmico, es gradual y va paso a paso, y no interviene para nada en los artificios que el hombre incluye en su vida.

3.-Por último, la teoría evolutiva no nos permite establecer hacia donde se dirige el futuro biológico del Sapiens, lo que sabemos es que estamos a medio hacer, que somos un proyecto inacabado. La dirección que tome este cambio vendrá propiciado por el propio hombre, la única conciencia conocida que existe en el cosmos.


 
 

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